Las aguas de baja mineralización tienen efectos muy positivos sobre la salud, de los que cabe destacar:
- Coadyuvante en el tratamiento de la hipertensión arterial y de las nefropatías.
- Al tener un mayor poder diurético es muy aconsejable para ancianos y bebés.
- Ayuda a cualquier tratamiento destinado a evitar la retención de líquidos.
- Es imprescindible para la prevención de la litiasis.
- Según los últimos estudios de la Universidad de Granada, evita la aparición de defectos en el esmalte dental.
El agua producida en nuestros equipos está libre de cualquier mineral y aunque esto, en el acervo popular, es considerado un problema, debe recordarse que la inmensa mayoría de los minerales no son asimilados, directamente, por los animales, sino que son asimilados por las plantas y los animales los absorben al consumirlas, solamente el flúor se asimila a través del agua. Aun así, el agua generada puede mineralizarse o clorarse en función de las necesidades o intereses del usuario y con minerales aptos para ser absorbidos por el cuerpo humano, así, por ejemplo, se pueden combatir enfermedades endémicas en algún territorio por la escasez de sales minerales en la alimentación o utilizarlas como suplemento alimenticio para ciertos usos, por ejemplo el ejército o protección civil.