Aguas Subterráneas: la importancia de su gestión para la sostenibilidad
La diminuta fracción de agua dulce de la que disfrutan todos los seres vivos de este planeta, que no está retenida en las capas de hielo y glaciares, supone sólo una parte muy pequeña del volumen total de agua de la tierra. Sin embargo, este recurso esencial que se almacena principalmente como aguas subterráneas, se distribuye de manera bastante desigual en todo el mundo.
Las limitaciones físicas y económicas hacen que, en la mayoría de los casos, sea poco práctico mover grandes volúmenes de agua de las áreas excedentarias a aquellas en situación de necesidad.
A continuación, conoceremos más sobre todas las circunstancias que rodean a las aguas subterráneas.
Tabla de contenidos
Los acuíferos en el mundo
La escasez regional se ha convertido en un problema serio y creciente, ya que las poblaciones en rápido crecimiento dependen de los suministros comarcales de agua, que se están agotando, degradando y dividiendo entre más y más usuarios. De manera alarmante, los acuíferos, que son cruciales para la seguridad alimentaria de cientos de millones de personas, se están explotando de manera insostenible en algunas de las principales regiones agrícolas del mundo como China, India o los Estados Unidos.
Así, las demandas globales de agua dulce han estado creciendo, aproximadamente, al doble de la tasa de la población mundial durante el último siglo. A pesar de ello, este volumen de agua dulce descongelada sigue siendo más que suficiente para satisfacer todas las necesidades humanas.
¿En qué situación se encuentra el agua potable?
El uso intensivo de aguas subterráneas es un fenómeno relativamente reciente que comenzó en los países industrializados en la década de 1950 y llegó a gran parte del mundo en desarrollo entre 1970 y 1990. El desarrollo de técnicas de perforación y bombeo más económicas ha ayudado a que sea una alternativa cada vez más popular al agua superficial para satisfacer la creciente demanda mundial. El agua procedente de acuíferos es, generalmente, de mayor calidad que el agua superficial y está mucho menos sujeta a variaciones estacionales e interanuales, lo que la hace más fiable como fuente de abastecimiento.
Muchas ciudades han recurrido al agua subterránea para el suministro de agua potable y doméstica debido a que las fuentes superficiales han resultado contaminadas. Casi la mitad de la población mundial usa este tipo de agua para beber, y una proporción cada vez mayor de agricultores depende de las aguas subterráneas para regar sus campos.
En el norte de África y en la Península Arábigam, enormes reservas de agua subterránea no renovable han permitido grandes proyectos de riego en medio del Sahara y los desiertos de Arabia. En el Punjab de India y Pakistán, el corazón de la “revolución verde” de la década de 1970, el agua subterránea, junto con nuevas variedades de cultivos e insumos mejorados, han permitido un gran incremento en la productividad agrícola.
Difícil conservación de las aguas subterráneas.
A pesar de los muchos éxitos del desarrollo de las aguas subterráneas en todo el mundo, también existen problemas muy serios. En general, estas incidencias son el resultado de la reducción del volumen de agua subterránea, ya que su extracción es mayor de lo que se repone por la lluvia y los flujos de agua superficial.
Incluso cuando la extracción no excede la reposición, puede alterar la dinámica del sistema acuífero, que es compleja, disminuyendo el flujo de manantiales y arroyos, y degradando la calidad del agua. También, socavar la sostenibilidad de los usos humanos continuos, se ha relacionado con una menor capacidad para sustentar las funciones de los ecosistemas. Esta sobreexplotación insostenible se puede evitar con una gestión adecuada que incorpore la comprensión de los recursos y escenarios de uso realista.
La sobreexplotación de las aguas subterráneas en muchos lugares ya ha provocado que las capas freáticas locales o regionales disminuyan, lo que hace que la extracción continua de agua sea más difícil y costosa, lo que ya ocasionando problemas en muchas regiones de Latinoamérica. Este hallazgo está respaldado por datos satelitales que muestran cambios en el almacenamiento total de agua según lo inferido de las mediciones de gravedad, que estimaron una disminución de la capa freática.
De manera adicional, varios estudios recientes han puesto de manifiesto que varios acuíferos de grandes zonas geográficas cercanas a la costa han empezado a llenarse de agua salada de origen marino, lo que va a implicar la imposibilidad de seguir practicando la agricultura en algunas de esas regiones.
Desde la década de 1950, tanto la población como las zonas de regadío han crecido en gran medida en Latinoamérica que no se ha tenido más remedio que hacer un uso cada vez mayor del agua subterránea. Esta tasa insostenible de extracción es una grave amenaza para la futura productividad agrícola y el suministro de agua doméstica.
¿Cómo abordarán este tema en el Noveno Foro Mundial del Agua?
El Día Mundial del Agua tiene como uno de sus principales objetivos hacer hincapié en el papel de las aguas subterráneas. A partir del 21 de marzo (hasta el 26), coincidiendo con el Noveno Foro Mundial del Agua (Dakar, Senegal), tendrán lugar numerosos eventos centrados en este y otros asuntos de gran relevancia, como el saneamiento, la innovación o el cambio climático.
Según la ONU, la amenaza a su sostenibilidad es seria. Por ello, en el próximo Foro Mundial del Agua los acuíferos tendrán un lugar destacado, enmarcados dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
En definitiva, la extrema presión a la que el hombre somete a las reservas de aguas subterráneas del planeta podría tener terribles consecuencias a medio plazo. Se trata, por tanto, de uno de los ámbitos más urgentes a tratar por la agenda hídrica de muchos países, y será uno de los temas destacados del Noveno Foro Mundial del Agua.