¿Por qué hay tan poca agua potable?
Como sabemos, nuestro planeta está compuesto en sus tres cuartas partes por agua. Pero, sin embargo, en el llamado Planeta Azul la escasez de agua es un problema cada vez más acuciante.
Se estima que del total de los 1,4 millones de kilómetros cúbicos de agua que cubren la superficie, solamente el 2,5% es dulce. De ese porcentaje, solo el 0,007% está realmente disponible para el consumo humano directo.
Todos entendemos que el agua del mar (97,5% del agua del planeta) es salada, y por lo tanto no es potable. Pero, ¿qué ocurre con el resto?, ¿cómo puede ser que casi toda el agua dulce del planeta no esté en condiciones para ser ingerida por las personas? Es decir, ¿por qué hay tan poca agua potable?
A continuación, te damos unos cuantos datos que te lo aclararán.
Tabla de contenidos
Composición del agua en el planeta
Según diversos estudios, del total de agua dulce del planeta, el 69,7% se encuentra en forma de hielo en los polos y en las cumbres de las montañas más altas.
Por otra parte, un 30% del agua dulce del mundo se encuentra contenida en la humedad del suelo y en acuíferos profundos, y solamente el 0,3% restante circula por las cuencas hidrográfica en forma de ríos o arroyos, y se depositan temporalmente en lagos, lagunas, acuíferos, etc., acabando la mayor parte de esta agua en el mar.
La reposición del agua dulce está garantizada porque el sol evapora mayormente el agua del mar, que vuelve a la tierra en forma de lluvia o nieve, en lo que constituye el ciclo continuo del agua.
Pero entonces, si el 0,3 % del agua dulce está en ríos, lagos y acuíferos, ¿por qué sólo el 0,007% es realmente potable?
La contaminación de las aguas superficiales
La mayor parte de las aguas del planeta tienen contaminantes físico-químicos y bacteriológicos que impiden su ingesta directa. Fuentes de agua superficiales y subterráneas que ayer eran fiables hoy están muy contaminadas. Las principales causas de la contaminación de las aguas están relacionadas con la actividad humana, como pueden ser:
- Abundancia de fertilizantes empleados en la agricultura, que permean hasta las capas freáticas, contaminando grandes acuíferos.
- Sobre-explotación ganadera, lo que provoca la contaminación a través de purines, y otros desechos orgánicos.
- Minería irregular, que utiliza sin control metales pesados (mercurio, plomo, etc.) y sustancias químicas (cianuro, etc.), para la depuración de minerales como el oro o la plata, y que en muchos casos acaban siendo vertidos de forma descontrolada.
- Vertidos industriales diversos, como aceites, hidrocarburos u otros líquidos empleados, que deberían ser reciclados por gestores autorizados.
- Falta de depuración de las aguas residuales urbanas, es decir, aguas de desecho que acaban en ríos y acuíferos sin haberse reciclado adecuadamente.
- Residuos sólidos urbanos que son abandonados en la naturaleza, como plásticos que acaban en ríos y mares, donde se descomponen en forma de microplásticos y acaban siendo ingeridos por peces, por lo que finalmente acaban siendo ingeridos por los humanos.
- Etc.
Los contaminantes del agua
De esta forma, los principales contaminantes que podemos encontrar en el agua se pueden clasificar en varios grupos:
- Microorganismos, como bacterias, virus o protozoos, y que provocan enfermedades tales como el cólera, tifus, hepatitis, etc.
- Inorgánicos, como sulfatos, sulfitos, nitratos, fosfatos, etc.
- Orgánicos, como hidrocarburos, fenoles, cianuro, etc.
- Metales: como el cromo, níquel, hierro, aluminio, plomo, cadmio, mercurio, etc.
- Emergentes, como medicamentos, esteroides, etc. que muchas veces acaban en las aguas por la falta de depuración de aguas residuales urbanas.
La gran variedad de posibles contaminantes de las aguas superficiales y subterráneas es lo que hace tan complicada y cara su depuración, lo que será objeto de próximas entradas de nuestro blog.
La gran ventaja de los generadores atmosféricos de agua Rain of Life es que condensan la humedad del aire, que no contiene ninguno de los contaminantes citados anteriormente. Por lo tanto, tras un proceso de potabilización (en el que, por ejemplo, se le añaden las sales minerales que son beneficiosas para el organismo) se convierte en un agua de calidad superior a la mayor parte de las aguas embotelladas del mercado.