¿Qué métodos de potabilización de agua existen?
Ya conocemos algunos datos acerca del problema del agua en el mundo. Por un lado, sabemos que solo un pequeño porcentaje del agua del planeta es dulce (alrededor del 2,5%). Además, se estima que de ese porcentaje únicamente el 0,3% está en la superficie en forma de ríos, lagunas o acuíferos. Y a ello se suma que la mayor parte de estas reservas de agua están tan contaminadas que no se pueden consumir directamente.
Los sistemas de potabilización de agua son una de las soluciones para paliar el problema de la falta de agua, por eso en este post, conoceremos a fondo todos los detalles sobre este problema y sus posibles soluciones.
Tabla de contenidos
La actividad humana como base de la contaminación del agua
Buena parte de esa contaminación de las aguas procede de la actividad humana, como es la agricultura, la ganadería, la industria, la minería, la mala gestión de los residuos sólidos urbanos (basuras) o las aguas residuales urbanas vertidas sin la adecuada depuración.
También comentamos en un post anterior que los principales contaminantes que podemos encontrar en el agua se pueden clasificar en:
- Microorganismos: bacterias, virus, protozoos, etc. (provocan enfermedades como el cólera, tifus, hepatitis, etc.)
- Inorgánicos: sulfatos, sulfitos, nitratos, fosfatos, etc.
- Orgánicos: hidrocarburos, fenoles, cianuro, etc.
- Metales: cromo, níquel, hierro, aluminio, plomo, cadmio, mercurio, etc.
- Contaminantes emergentes: medicamentos, esteroides, etc.
Esta gran variedad de contaminantes que pueden estar presentes en las aguas superficiales y subterráneas hace muy complicada y costosa su depuración, ya que en muchas ocasiones hay que prever tratamientos específicos para cada uno de ellos.
Otra dificultad adicional es el hecho de que la composición de contaminantes del agua puede variar a lo largo del año. Así, el origen puede proceder de vertidos industriales esporádicos, lluvias en algunas cuencas hidrográficas que arrastran ciertos tipos de sustancias, etc. Por esta razón es necesario hacer análisis del agua de manera periódica para conocer su composición, plantear un método de potabilización adecuado y ajustarlo constantemente.
Pero, ¿qué métodos de potabilización del agua existen?, ¿qué grado de pureza alcanzan?, ¿cuándo se aplican unos u otros?, ¿qué ventajas e inconvenientes tienen?
Aunque estas preguntas no se pueden contestar rápidamente ni entenderlas sin una buena base científica, pues de hecho son objeto de cursos y másteres profesionales específicos, te damos unas breves pinceladas que las pueden aclarar.
Métodos de depuración y potabilización del agua
Según la procedencia y estado del agua, y según cuál vaya a ser su destino final, se utilizan diversas estaciones o plantas de tratamiento. Si bien hemos observado que en distintos países reciben nombres ligeramente diferentes, la mayor parte de las veces responden a estas denominaciones y siglas:
- ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable) o PTAP (Planta de Tratamiento de Agua Potable).
Son grandes instalaciones que captan el agua de ríos, lagos o acuíferos relativamente limpios. A través de procesos físicos (como la decantación o filtración) y químicos (como la adición de reactivos para provocar la floculación, la cloración, etc.) potabilizan el agua, preparándola para su consumo.
Su principal característica es que está compuesta de un gran número de piscinas redondas o rectangulares por las que el agua va pasando. Durante ese recorrido, le van quitando o reduciendo la concentración de cada uno de los contaminantes que puede traer. Son muy caras y están pensadas para abastecer a grandes y medianas poblaciones.
Aunque no todas estas plantas consiguen un nivel óptimo de pureza, se puede decir que son las que dejan un agua más apta para el consumo humano.
- EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) o PTAR (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales).
Estas instalaciones toman aguas residuales urbanas o industriales y las tratan lo suficiente como para poder verterlas a ríos, lagos o mares. De esta forma aún contienen contaminantes, pero menos que antes de su tratamiento.
En su proceso, también se utilizan métodos físicos: desarenado, desbaste o retirada de sólidos como papel o toallitas húmedas, sedimentación, desengrasado, etc.; químicos, también por adición de productos químicos para provocar la floculación, oxidación o absorción de los principales contaminantes; y biológicos. Este último consiste en el paso del agua por piscinas o lechos donde hay ciertas bacterias y microorganismos que se alimentan de sustancias orgánicas biodegradables.
Su tamaño y coste depende del volumen y estado del agua a tratar y de la normativa existente. Esta normativa marca el grado de depuración necesario antes de su vertido. Así, las estaciones de este tipo pueden ser muy grandes y caras, o relativamente pequeñas y más asequibles.
- ERAR (Estación Regeneradora de Aguas Residuales) o PRAR (Planta Regeneradora de Aguas Residuales)
Realizan un tratamiento posterior y adicional a las EDAR o PTAR. Con él se consigue reutilizar las aguas regeneradas, en vez de verterlas a ríos, lagos o mares cercanos. Este tratamiento terciario normalmente consiste en emplear desinfectantes para reducir la concentración de microorganismos.
Las aguas regeneradas se utilizan normalmente para riego de parques y jardines, o para algunas aplicaciones industriales.
- Ósmosis inversa
Es un proceso físico-químico que consiste básicamente en hacer pasar el agua a una presión muy elevada a través de una membrana semipermeable. Esta membrana se encarga de que el agua que logra atravesarla deje atrás sales, moléculas, etc. De esta forma queda en condiciones para su utilización, normalmente tras procesos de cloración, etc.
Desde hace años se utilizan principalmente para la desalación del agua del mar. No obstante, muchas de las plantas desaladoras se han cerrado por su gran coste energético y por la elevada contaminación que provocan. La corriente de agua que no consigue atravesar la membrana arrastra una mayor concentración de contaminantes que esquilma la vida submarina allá donde se vierte. Además, desperdicia grandes volúmenes agua.
El agua que se obtiene con este método resulta de una calidad aceptable para el uso general. No obstante, sus calidades químicas (ausencia de sales minerales beneficiosas para el organismo) y organolépticas (sabor principalmente) hacen que la mayor parte de los usuarios no la consideren apta para ser bebida.
La potabilización de agua: un reto vital
Como resumen, existen diversos medios industriales para la potabilización del agua. Su uso depende de diversos parámetros, como son el volumen, la procedencia, el destino, el presupuesto disponible, etc. Además, no son tratamientos fijos, sino que permiten un grado de depuración mayor o menor.
En futuros posts trataremos con más detalle cada una de estas plantas o estaciones, pues resultan de gran interés para conocer el tipo de agua que consumimos y el impacto medioambiental de su uso.
Como ya hemos comentado, el tratamiento de las aguas superficiales permite disponer de grandes volúmenes de agua, pero son normalmente métodos caros y complejos por la gran cantidad de posibles contaminantes presentes en ellas.
La principal ventaja de los generadores atmosféricos de agua Rain of Life es que parten de un agua muy homogénea (el agua de condensación de la humedad del aire es prácticamente la misma en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento del año) y sin contaminantes. Por eso, tras el proceso de depuración adecuado en el que por ejemplo se le añaden sales minerales beneficiosas para el organismo, resulta óptima para beber y cocinar.
De esta manera, los generadores RoL conviven perfectamente con otros sistemas de tratamiento de agua, como las ETAP, PTAP u ósmosis inversa. Estos sistemas ofrecen grandes volúmenes de agua pero en muchas ocasiones de una calidad claramente insuficiente para la ingesta humana.
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