¿Por qué se utiliza cloro en las aguas y cómo afecta a la salud?
La cloración es uno de los procesos que se llevan a cabo para tratar el agua y tiene como objetivo llevar a cabo una desinfección de todo tipo de bacterias y organismos patógenos. El fin último de estos tratamientos es obtener agua potable que pueda ser consumida por el ser humano sin riesgo para su salud. Pero, ¿existe algún riesgo en el hecho de que este químico tenga presencia en el agua que bebemos? A continuación lo analizamos.
Como veíamos en anteriores artículos, la potabilización del agua, según su procedencia, estado y destino se realiza en plantas de tratamiento, En estas estaciones de tratamiento, la fase de desinfección trata de eliminar la carga bacteriana del agua, con todos aquellos microorganismos que hayan sobrevivido a los procesos previos. Durante la fase final del proceso se añade al agua una sustancia oxidante, que suele ser cloro o compuestos de cloro, como el hipoclorito sódico (lejía). De esta forma, se garantiza su calidad frente a eventuales contaminaciones accidentales o en el recorrido a lo largo de las redes de saneamiento o abastecimiento.
Por lo tanto, el cloro se utiliza para desinfectar el agua y dejarla en óptimas condiciones para el consumo.
Y es que el cloro es un producto químico de enorme poder bactericida. Todo ello tiene como finalidad disminuir la probabilidad de transmisión de enfermedades a través del agua potable para así evitar las propagaciones de éstas a través de las redes de distribución. Sin embargo, el uso de este componente químico no es inocuo.
Cómo afecta el cloro del agua potable a la salud
Según el doctor en Medicina Josep Lluís Berdonces, quien se basa en diferentes estudios sobre este tema, la cloración del agua puede tener efectos nocivos sobre la salud de las personas. El proceso de desinfección se suele hacer con dos compuestos principales, el cloro y la monocloramina. De estos dos productos, el más inocuo es el segundo, a pesar de no existir grandes diferencias entre ellos a nivel estructural.
Tiene en su composición ácidos húmicos y fúlvicos. Ambos, en contacto con los derivados del cloro, forman distintos compuestos, como los trihalometanos, halofenoles, ácidos haloacéticos o dihaloacetonitrilos. Las consecuencias de estos componentes químicos sobre la salud humana son variadas. Muchos de ellos tienen una gran afinidad para unirse con las diversas grasas del cuerpo, ya que son lipofílicas.
De esta forma, diferentes estudios citados por el Dr. Berdonces, mencionan investigaciones para comprobar si estas sustancias en el agua potable pueden tener efectos mutagénicos, es decir, si podrían alterar la estructura genética del núcleo celular.
Los resultados al respecto mostraron que si bien los animales de laboratorio alimentados con agua clorada no presentaron alteraciones detectables en sus comportamientos ni tuvieron malformaciones congénitas, sí se produjeron mutaciones en sus células bacterianas internas.
Se consumen dosis muy bajas de cloro
El problema del cloro en el consumo humano reside en que, en la práctica diaria, las personas se exponen a estos componentes químicos en dosis muy bajas, pero durante periodos de tiempo muy prolongados (muchas décadas, en la gran mayoría de los casos). Esta realidad hace que aún persistan muchas dudas sobre el efecto nocivo del cloro, ya que tampoco existen estudios definitivos al respecto.
Por otra parte, según el mismo informe del Dr. Berdonces, sí que hay un buen número de estudios e investigaciones que relacionan la hidratación clorada con varios tipos de cáncer, como el de vejiga urinaria, colon y recto.
Otro estudio, llevado a cabo por los doctores Wones y Glueck, halló que las aguas tratadas con cloro pueden elevar los niveles de colesterol en animales de experimentación.
Alternativas a la cloración del agua
Todo esto confirma que la cantidad de cloro residual presente en el agua potable debe ser constantemente controlada por las autoridades encargadas de ello, ya que existen numerosas evidencias de posibles efectos adversos en la salud. Por esta razón, en los últimos años han surgido otras formas de conseguir la completa desinfección del agua sin tener que recurrir a su cloración. Algunos de estos tratamientos alternativos son la exposición a ozono o las lámparas ultravioletas, que trataremos de analizar en futuros artículos.
Los equipos Rain of Life no utilizan cloro en su proceso de tratamiento y purificación del agua.